6. La puerta al Infierno de Darvaza, Turkmenistán
La “Puerta al Infierno” es el nombre perfecto para el cráter ardiente de Darvaza. Esta maravilla de la naturaleza no ocurrió de forma completamente natural: durante unas prospecciones en busca de gas de geólogos soviéticos en la década de 1970 el suelo se hundió dejando un agujero de 60 metros de diámetro y 20 de profundidad. Para no dejar que los gases venenosos se evaporaran los científicos tuvieron la brillante idea de prender fuego a esta cueva llena de gas, convencidos de que el incendio se apagaría en cuestión de días… 40 años más tarde el cráter sigue ardiendo, como una verdadera puerta al Averno.
7. Étretat y la Costa de Albatre, Francia
Étretat es un resort costero situado junto a la espectacular costa de Albatre. Kilómetros de acantilados de tiza que se elevan a más de 100 metros sobre el nivel del mar y que nos ofrecen paisajes preciosos y formaciones rocosas de cuento de hadas, como este arco natural que se hunde en el azul turquesa del mar.
8. Cañón Bryce, Utah, Estados Unidos
El cañón Bryce está situado a alturas que van de los 2.400 a los 2.700 metros y forma parte de un Parque Natural que protege estas formaciones de tipo piramidal tan increíbles. Una visita aquí no os dejará para nada indiferentes. Como curiosidad, las formaciones reciben el simpático nombre de “Hoodoos”.
9. Salar de Uyuni, Bolivia
No, esta foto no tiene ningún tipo de trucaje. Lo que tus ojos ven es el mayor desierto de sal del mundo, con una superficie total de 10.000 metros cuadrados. Gracias a su clima frío y cálido, tiene el aspecto de un lago helado en el que refleja el paisaje, dando lugar a imágenes de sueño. Existen en él aproximadamente 11 capas de sal con espesores que varían entre menos de un metro y 10.
10. La cascada blanca de Pamukkale, Turquía
Las famosas terrazas naturales de este “Castillo de algodón” (es lo que significa Pamukkale en turco) están actualmente siendo restauradas porque en la última década el turismo las explotó tanto que se habían deteriorado. Ahora, unos 10 años después del “plan de rescate” esta cascada petrificada vuelve a presentar un aspecto de cuento de hadas. Eso sí, la restauración no ha acabado y las visitas están más controladas. Sería tan triste que este lugar Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desaparecieran, así que mejor admíralas desde la distancia.
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